Mariana
Mould de Pease
Historiadora
El significativo, desde
el siglo XVI, templo cuzqueño de San Sebastián se incendió en la madrugada del
15 de septiembre del 2016 ha traído como
debe ser un tema de conversación sobre esta tragedia tanto entre especialistas
de todas las ramas del saber humano como entre la gente del común ya sean
personas pudientes o de vida austera. La fuente, el punto de partida, de estas
conversaciones son los medios de comunicación sean impresos o virtuales como en su momento fueron para el caso del
incendio del archivo histórico en de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos que se inició en algún momento de la noche del 13 al 14 de marzo del
2016 y el incendio ocurrido al amanecer del 5 de junio del 2005 en el Santuario
de Nuestra Señora de la soledad que desde el siglo XVI está junto a la iglesia
y el convento de San Francisco, de Lima.
En los medios de comunicación, además, podemos comprobar que en nuestro país también
ocurren terribles incendios en casas, fábricas, tiendas y otras edificaciones
particulares, que son propiedad privada
sin dudas ni murmuraciones.
Los incendios en
edificaciones privadas o públicas, religiosas o laicas se deben, evidentemente,
a la negligencia o intencionalidad de su entorno humano. Por negligencia aquí
entiendo cables eléctricos en mal estado, cocinas, velas, lámparas a kerosene,
gas u otros combustibles encendidos y
dejados sin atención humana, niños y
niñas u otros seres humanos que no son conscientes del peligro que implica
jugar con fuego.
Por intencionalidad entiendo el prender fuego para tapar la desaparición
de obras de arte, documentos, o cualquier evidencia que alberga una
edificación. Estas acciones demenciales o delictivas son ejecutadas por fanatismo religioso o ateo, para ocultar
un robo o cualquier otro delito. Los incendios deben
prevenirse porque el agua que se requiere para apagarlos causa tantos daños
materiales como el mismo fuego. Por prevención también entiendo que el
patrimonio cultural debe estar vigilado
día y noche por seres humanos que permanecen alertas.
El incendio de la
Biblioteca Nacional del Perú que se inició al amanecer del domingo 10 de mayo
de 1943 es un caso emblemático por la magnitud de la tragedia documental, cuya
recuperación fue encargada al Dr. Jorge Basadre, el Historiador de la República.
En su pequeño gran libro: “En la Biblioteca
Nacional. Ante el problema de las “Elites”, publicado en 1968 don Jorge nos
ha dejado su primer testimonio sobre las causas, el incendio mismo y la
reconstrucción de la Biblioteca Nacional del Perú. En sus últimos años de vida
este trágico proceso se convirtió en tema recurrente de conversación con
Franklin Pease G.Y. (1939-99), mi esposo, consecuentemente, escribo está líneas
para traer este testimonio estatal y gubernamental sobre un fuego que arrasó
con nuestro más antiguo recinto del conocimiento para aportar a la
reconstrucción y recuperación de los
valores inmateriales que no han desaparecido con la candela que ha acabado con
las pinturas barrocas de grandes dimensiones de Diego Quispe Tito feligrés de
San Sebastián desde su nacimiento en 1611 hasta su muerte en 1681. Prueba que
la espiritualidad y la religiosidad hispano andina está viva entorno a la
iglesia de San Sebastián es que arriesgándose a quemarse las y las vecinas
rescataron de las llamas los óleos pequeños de este artista así como otras
obras de arte de autores anónimos. El altar, ahora en cenizas, fue hecho para
la primera evangelización hispano andina siendo consagrado al militar romano
que se hizo cristiano en tiempos del emperador Diocleciano (284-305) quien lo
martirizó por “asaetamiento” es decir, a flechazos por no renegar de su fe.
En el 2013 la sede
cuzqueña del Ministerio de Cultura en representación del Estado Peruano y el
Arzobispado del Cuzco, por ser la autoridad privada pertinente restauraron este
recinto católico cuya seguridad quedó a cargo de ésta última entidad. Esta asociación público privada debe ser ahora
replanteada desde el sentir del Pueblo de Dios en San Sebastián del Cuzco, por
ser el propietario. Hago esta acotación siguiendo a don Jorge Basadre y después
de un incendio de patrimonio cultural de magnitud: … Sospecho sin base alguna y sólo como resultado de las serie objeciones … que la intencionalidad y la negligencia … como posibilidades suscitan … que debe haber habido una relación entre el
incendio y la tensión que existió en la Biblioteca Nacional, entre el personal
y el director ….similar tensión que ahora ocurre sobre el cuidado del arte
barroco cuzqueño: ¿trasladarlo a descontextualizadas colecciones privadas o seguir
perfeccionando la asociaciones público privadas? Estas líneas van para
corregir, mejorar, refinar, reinventar esta última opción,
a partir de los valores inmateriales aquí aludidos.
Sigamos… En
la edición limeña del diario La República del 20 de septiembre del 2016 informa
sobre que ya se procede a la remoción de escombros en el presbiterio y la nace
central del templo de San Sebastián del Cuzco que fue consumido en un 80% por
el fuego en el amanecer del jueves 16 pasado. Luego pasa a comunicar las
decisiones que están tomando las autoridades del Estado para evaluar la
magnitud de la pérdida. Este periódico concluye dando testimonio que: En
tanto el domingo, un mar humano se concentró en el atrio de la iglesia para
escuchar misa y acordar reunir fondos para la reconstrucción.
En estos tiempos de [K]cambio
y parafraseando a don Jorge Basadre es momento de tener en cuenta que … como
del carbón sale el diamante … es momento de empoderar a este
Pueblo de Dios en San Sebastián que acudió a la misa dominical como parte de la
gestión de recuperación de esta joya del barroco cuzqueño en términos análogos
a como se habla de gestión privada de bienes y medios de producción. El paso
indispensable lo tenemos que dar desde dentro de la Iglesia Católica Peruana
conforme a las enseñanzas del Papa Francisco en su Carta Encíclica
sobre el cuidado de la casa común, publicada en el 2015 cuyo punto capítulo
IV, punto 189 dice: La política[cultural] no debe someterse
a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma
eficientista de la tecnocracia.
Contribuyamos a la recuperación del
templo cuzqueño de San Sebastián trayendo y adecuándola al siglo XXI la
religiosidad barroca del obispo del Cuzco, Manuel de Mollinedo y Angulo
(1640-1699).
Continuemos ….
No hay comentarios:
Publicar un comentario