lunes, 19 de septiembre de 2016

Después de un incendio

               
Mariana Mould de Pease
Historiadora

El significativo, desde el siglo XVI, templo cuzqueño de San Sebastián se incendió en la madrugada del 15 de septiembre del 2016  ha traído como debe ser un tema de conversación sobre esta tragedia tanto entre especialistas de todas las ramas del saber humano como entre la gente del común ya sean personas pudientes  o de vida austera.  La fuente, el punto de partida, de estas conversaciones son los medios de comunicación sean impresos o virtuales  como en su momento fueron para el caso del incendio del archivo histórico en de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que se inició en algún momento de la noche del 13 al 14 de marzo del 2016 y el incendio ocurrido al amanecer del 5 de junio del 2005 en el Santuario de Nuestra Señora de la soledad que desde el siglo XVI está junto a la iglesia y el convento de San Francisco,  de Lima. En los medios de comunicación, además,  podemos comprobar que en nuestro país también ocurren terribles incendios en casas, fábricas, tiendas y otras edificaciones particulares, que son  propiedad privada sin dudas ni murmuraciones.
 
Los incendios en edificaciones privadas o públicas, religiosas o laicas se deben, evidentemente, a la negligencia o intencionalidad de su entorno humano. Por negligencia aquí entiendo cables eléctricos en mal estado, cocinas, velas, lámparas a kerosene, gas u otros combustibles  encendidos y dejados sin atención humana,  niños y niñas u otros seres humanos que no son conscientes del peligro que implica jugar con fuego.

Por intencionalidad entiendo el prender fuego para tapar la desaparición de obras de arte, documentos, o cualquier evidencia que alberga una edificación. Estas acciones demenciales o delictivas son ejecutadas  por fanatismo religioso o ateo, para ocultar un robo o cualquier otro delito. Los incendios deben prevenirse porque el agua que se requiere para apagarlos causa tantos daños materiales como el mismo fuego. Por prevención también entiendo que el patrimonio cultural  debe estar vigilado día y noche por seres humanos que permanecen alertas.
                                                                     
El incendio de la Biblioteca Nacional del Perú que se inició al amanecer del domingo 10 de mayo de 1943 es un caso emblemático por la magnitud de la tragedia documental, cuya recuperación fue encargada al Dr. Jorge Basadre, el Historiador de la República. En su pequeño gran libro: “En la Biblioteca Nacional. Ante el problema de las “Elites”, publicado en 1968 don Jorge nos ha dejado su primer testimonio sobre las causas, el incendio mismo y la reconstrucción de la Biblioteca Nacional del Perú. En sus últimos años de vida este trágico proceso se convirtió en tema recurrente de conversación con Franklin Pease G.Y. (1939-99), mi esposo, consecuentemente, escribo está líneas para traer este testimonio estatal y gubernamental sobre un fuego que arrasó con nuestro más antiguo recinto del conocimiento para aportar a la reconstrucción y recuperación  de los valores inmateriales que no han desaparecido con la candela que ha acabado con las pinturas barrocas de grandes dimensiones de Diego Quispe Tito feligrés de San Sebastián desde su nacimiento en 1611 hasta su muerte en 1681. Prueba que la espiritualidad y la religiosidad hispano andina está viva entorno a la iglesia de San Sebastián es que arriesgándose a quemarse las y las vecinas rescataron de las llamas los óleos pequeños de este artista así como otras obras de arte de autores anónimos. El altar, ahora en cenizas, fue hecho para la primera evangelización hispano andina siendo consagrado al militar romano que se hizo cristiano en tiempos del emperador Diocleciano (284-305) quien lo martirizó por “asaetamiento” es decir, a flechazos por no renegar de su fe.                                            

En el 2013 la sede cuzqueña del Ministerio de Cultura en representación del Estado Peruano y el Arzobispado del Cuzco, por ser la autoridad privada pertinente restauraron este recinto católico cuya seguridad quedó a cargo de ésta última entidad.  Esta asociación público privada debe ser ahora replanteada desde el sentir del Pueblo de Dios en San Sebastián del Cuzco, por ser el propietario. Hago esta acotación siguiendo a don Jorge Basadre y después de un incendio de patrimonio cultural de magnitud: … Sospecho sin base alguna y sólo como resultado de las serie objeciones  … que la intencionalidad y la negligencia … como posibilidades suscitanque debe haber habido una relación entre el incendio y la tensión que existió en la Biblioteca Nacional, entre el personal y el director ….similar tensión que ahora ocurre sobre el cuidado del arte barroco cuzqueño: ¿trasladarlo a descontextualizadas colecciones privadas o seguir perfeccionando la asociaciones público privadas? Estas líneas van para corregir, mejorar, refinar, reinventar esta última opción, a partir de los valores inmateriales aquí aludidos.

Sigamos…                                                                                                                                                                                                                                                                                   En la edición limeña del diario La República del 20 de septiembre del 2016 informa sobre que ya se procede a la remoción de escombros en el presbiterio y la nace central del templo de San Sebastián del Cuzco que fue consumido en un 80% por el fuego en el amanecer del jueves 16 pasado. Luego pasa a comunicar las decisiones que están tomando las autoridades del Estado para evaluar la magnitud de la pérdida. Este periódico concluye dando testimonio que: En tanto el domingo, un mar humano se concentró en el atrio de la iglesia para escuchar misa y acordar reunir fondos para la reconstrucción.

En estos tiempos de [K]cambio y parafraseando a don Jorge Basadre es momento de tener en cuenta que  … como del carbón sale el diamante  …  es momento de empoderar a este Pueblo de Dios en San Sebastián que acudió a la misa dominical como parte de la gestión de recuperación de esta joya del barroco cuzqueño en términos análogos a como se habla de gestión privada de bienes y medios de producción. El paso indispensable lo tenemos que dar desde dentro de la Iglesia Católica Peruana conforme a las enseñanzas del Papa Francisco en su Carta Encíclica sobre el cuidado de la casa común, publicada en el 2015 cuyo punto capítulo IV, punto 189 dice: La política[cultural] no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia.

Contribuyamos a la recuperación del templo cuzqueño de San Sebastián trayendo y adecuándola al siglo XXI la religiosidad barroca del obispo del Cuzco, Manuel de Mollinedo y Angulo (1640-1699).        

Continuemos ….
                  




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