Fernando Murillo Flores
Ví varias películas en
las que personas en travesía por el desierto, en sus ansias de encontrar agua
para satisfacer su sed, veían a lo lejos un espejismo de agua y cuando se
apresuraban en ir a tomarla, sólo se zambullían en arena. A muchos directivos
les pasa lo mismo cuando dirigen una organización, ven espejismos y van tras
ellos.
Recuerdo que a
principio del año pasado (2015), en la organización para la que trabajo, se
pensó en la necesidad de crear una segunda Sala Civil en la Corte Superior de
Justicia de Cusco, entre tanto ello sucedía se sugirió incluso que la Sala
Mixta Descentralizada de La Convención, itinere para hacer parte de su trabajo
y, finalmente se propuso convertir una Sala Penal Transitoria en una suerte de
Sala Mixta o una Segunda Sala Civil. Desconozco las razones por las que nada de
lo propuesto fue realidad, pero lo que sí sé con toda seguridad – hoy más que
nunca – es que la razón para hacer semejantes propuestas era un espejismo y
quienes fueron tras él sólo se zambulleron en arena.
Ese espejismo era creer
que había mucho volumen de trabajo en la Sala Civil al mes de enero de 2015; el
espejismo se produjo porque a ese mes se le transfirió el volumen de trabajo
que había dejado pendiente la otrora Sala Constitucional y Social, es decir,
los procesos constitucionales y contenciosos administrativos (general),
generando cierta desesperación, como cuando uno no encuentra agua. Recuerdo
haber dicho que si no podían con el trabajo den un paso al costado para dar
paso a quienes sí podíamos con él. Ese espejismo hizo que quienes propusieron
“soluciones” para afrontar ese aparente problema, sólo lograron zambullirse en
arena (Cf. R.A. N° 094-2016-CE-PJ.-
Artículo primero).
Nicolás Gómez Dávila –
citado por Savater – decía: “no hay peor
error que tratar de dar soluciones permanentes a problemas transitorios”
(Savater. Fernando. Política de Urgencia. Ariel. 2014. P. 101).
Yo pedí integrar la
Sala Civil en dos oportunidades durante el año 2015, la primera en marzo cuando
se produjo el retiro del Juez Superior, Sr. Concha Mora y, la segunda, en
noviembre cuando se retiró el Juez Superior, Sr. Quispe Alvarez, no se accedió
a mi pedido en esas dos oportunidades y mucho menos me dijeron el por qué, si
eso no es arbitrariedad no sé qué es lo que sea.
En enero de 2016 se me
designó como Presidente de la Sala Civil, sin que yo lo hubiese pedido para esa
oportunidad, de modo que esto es una suerte de reflexión y testimonio sobre el
espejismo que felizmente nunca vi.
Encontré en enero de
2016, un volumen de trabajo pendiente y programado en vistas de causa hasta el
mes de junio, y un total de 171 cuadernos de apelación en copia sin resolver y
embalsados. Para tener una idea, el año pasado en la Sala Civil un proceso
principal ingresado el mes de diciembre de 2015 se programaba para la vista de
la causa en el mes de junio de 2016.
Soy
consciente que sólo organizando se hace; por ello solicité a los jueces
superiores de la Segunda Sala Laboral, a principios de año, me permitan pedir
el traslado del Abogado Elmer Canal Yépez que era Relator de dicha Sala hasta
entonces, para que me ayude a organizar la Relatoría de la Sala Civil, se
produjo el cambio mediante la Jefatura de Personal, que luego fue
desautorizado, pero que finalmente se dio porque quien había sido Relatora de
la Sala Civil pidió expresamente asumir la Relatoría de la Segunda Sala Laboral,
a ella le doy las gracias. La Secretaría de la Sala Civil que tenía un atraso y
embalse (lo podemos demostrar), a la fecha está al día y sin embalse alguno.
Gracias a Dios no me equivoque con la primera decisión, pues el resultado ha
sido positivo. Veamos en el siguiente cuadro comparativo 2015 – 2016 de la
producción de la Sala Civil:
Año
|
Enero
|
Marzo
|
Abril
|
Mayo
|
Junio
|
Julio
|
Agosto
|
Total
|
Meta
|
2015
|
93
|
80
|
128
|
118
|
134
|
136
|
242
|
931
|
1588 (*)
|
2016
|
160
|
109
|
227
|
224
|
160
|
187
|
281
|
1,348
|
1400
|
Dif.
|
67
|
29
|
99
|
106
|
26
|
51
|
39
|
417
|
Este cuadro nos indica
que la Sala Civil está, en agosto de 2016, a 52 procesos para lograr la meta de
producción de este año: 1400 y, a 240 procesos para igualar su producción del
año pasado: 1588 (*), lo que significa que lo que produzca los meses de
noviembre y diciembre dejará de tener ese nombre y pasará a ser productividad.
A la fecha, la Sala
Civil tiene un Despacho (Relatoría y Secretaría) eficiente y eficaz que
coadyuva el trabajo resolutivo de los jueces superiores que la integramos,
aunque hayamos tenido que redoblar esfuerzos, razón por la que corresponde
reconocer y agradecer el esfuerzo de las Juezas Superiores, Sras. Pinares Silva
y Delgado Aybar, y sus correspondientes equipos de trabajo.
A pesar de todo y a
este mes de setiembre de 2016, siempre recuerdo la primera parte de la oración
de la serenidad: “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo
cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para
conocer la diferencia; viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la
vez; aceptando las adversidades como un camino hacia la paz”
Existen muchas cosas en
la Sala Civil que no he podido ni podré cambiar, pues no está en mis
posibilidades hacerlo, de modo que serenidad nomás, ello da paz; así tenga el
valor, tampoco podré cambiar muchas cosas, las pocas cosas que pude cambiar las
cambie y eso marca la diferencia en la producción de la Sala Civil, lo que es
objetivo. De modo que alguien me aconsejó, cuando llevé un curso de Gobierno de
Personas (2008) que, “si no puedes cambiar toda el área donde trabajas, crea un
micro clima laboral y utiliza un paraguas para resguardarlo”, sé que eso
implica un encapsulamiento pero así al menos puedo conservar lo poco que pude
cambiar y guarecer a mis colaboradores que lo hicieron posible, no es lo ideal,
pero, ¿qué lo es?.
Hoy, en setiembre de
2016 en la Sala Civil se están fijando fechas para la vista de causa durante el
mes de octubre de 2016, es decir, entre el ingreso de un proceso en apelación
al momento en el que se ve en vista de causa media 1 mes y 10 dás. El año
pasado eso fue impensable. La eficiencia mejoró un tanto, es decir, la
velocidad del trabajo, y aunque podría mejorar aún, no podremos hacerlo. Esto
pese a que este año, respecto al anterior la Sala Civil ha recibido más
procesos, a agosto de 2015 los procesos ingresados sumaban 1254, a agosto de
2016 suman 1529.
Este es un tercer año
que presido un Tribunal (el año 2012 fue la Sala Mixta de La Convención, cuyo
volumen de trabajo – como hoy – no justifica su ubicación – el segundo fue la
Segunda Sala Laboral el año 2014 y este, la Sala Civil), nunca se me preguntó
durante esos tres, y a principio de dichos años – como corresponde – ¿cómo iba
el trabajo y que planes?, tampoco si necesitábamos algo para mejorarlo, aunque
debo reconocer que este último año sí se me entregó una invitación, pan de por
medio, para una fiesta, pero de allí, a algo de trabajo, planeamiento,
organización, etc., nada de nada.
A fin de año espero que
no me juzguen por todo aquello que debí haber hecho, sino por aquello que pude
hacer. Sé que por estas reflexiones y opiniones algunas personas se incomodan y
molestan, e incluso llegan a ser injustas con las personas con las que trabajo,
y sólo el diablo sabe cómo podrán reaccionar a futuro, pues de ellas sencillamente espero lo peor.
Escribo este testimonio
de trabajo para dejar constancia de lo hecho a agosto de 2016, en enero de
2017, haré el balance del año. El año pasado logré, al presidir la Segunda Sala
Laboral, la mejor producción de dicho año, este año lograré lo propio y gracias
a todos quienes laboran en la Sala Civil, porque había sido cierto eso de que
Gerente es quien logra resultados mediante la acción de otras personas a
quienes les brinda las condiciones para ello, ¿simple, verdad?. Logros como
este no se reconocen en la Corte Superior de Justicia de Cusco, como sí cuando
se baila o juega (Cf. R.A. N° 1223-2015-P-CSJCU-PJ., del 15 de diciembre de
2015), en fin, soy Juez, lo mío es resolver casos.
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