domingo, 25 de septiembre de 2016

ESPEJISMO


Fernando Murillo Flores

Ví varias películas en las que personas en travesía por el desierto, en sus ansias de encontrar agua para satisfacer su sed, veían a lo lejos un espejismo de agua y cuando se apresuraban en ir a tomarla, sólo se zambullían en arena. A muchos directivos les pasa lo mismo cuando dirigen una organización, ven espejismos y van tras ellos.

Recuerdo que a principio del año pasado (2015), en la organización para la que trabajo, se pensó en la necesidad de crear una segunda Sala Civil en la Corte Superior de Justicia de Cusco, entre tanto ello sucedía se sugirió incluso que la Sala Mixta Descentralizada de La Convención, itinere para hacer parte de su trabajo y, finalmente se propuso convertir una Sala Penal Transitoria en una suerte de Sala Mixta o una Segunda Sala Civil. Desconozco las razones por las que nada de lo propuesto fue realidad, pero lo que sí sé con toda seguridad – hoy más que nunca – es que la razón para hacer semejantes propuestas era un espejismo y quienes fueron tras él sólo se zambulleron en arena.

Ese espejismo era creer que había mucho volumen de trabajo en la Sala Civil al mes de enero de 2015; el espejismo se produjo porque a ese mes se le transfirió el volumen de trabajo que había dejado pendiente la otrora Sala Constitucional y Social, es decir, los procesos constitucionales y contenciosos administrativos (general), generando cierta desesperación, como cuando uno no encuentra agua. Recuerdo haber dicho que si no podían con el trabajo den un paso al costado para dar paso a quienes sí podíamos con él. Ese espejismo hizo que quienes propusieron “soluciones” para afrontar ese aparente problema, sólo lograron zambullirse en arena (Cf. R.A. N° 094-2016-CE-PJ.- Artículo primero).

Nicolás Gómez Dávila – citado por Savater – decía: “no hay peor error que tratar de dar soluciones permanentes a problemas transitorios” (Savater. Fernando. Política de Urgencia. Ariel. 2014. P. 101).

Yo pedí integrar la Sala Civil en dos oportunidades durante el año 2015, la primera en marzo cuando se produjo el retiro del Juez Superior, Sr. Concha Mora y, la segunda, en noviembre cuando se retiró el Juez Superior, Sr. Quispe Alvarez, no se accedió a mi pedido en esas dos oportunidades y mucho menos me dijeron el por qué, si eso no es arbitrariedad no sé qué es lo que sea.

En enero de 2016 se me designó como Presidente de la Sala Civil, sin que yo lo hubiese pedido para esa oportunidad, de modo que esto es una suerte de reflexión y testimonio sobre el espejismo que felizmente nunca vi.

Encontré en enero de 2016, un volumen de trabajo pendiente y programado en vistas de causa hasta el mes de junio, y un total de 171 cuadernos de apelación en copia sin resolver y embalsados. Para tener una idea, el año pasado en la Sala Civil un proceso principal ingresado el mes de diciembre de 2015 se programaba para la vista de la causa en el mes de junio de 2016.

Soy consciente que sólo organizando se hace; por ello solicité a los jueces superiores de la Segunda Sala Laboral, a principios de año, me permitan pedir el traslado del Abogado Elmer Canal Yépez que era Relator de dicha Sala hasta entonces, para que me ayude a organizar la Relatoría de la Sala Civil, se produjo el cambio mediante la Jefatura de Personal, que luego fue desautorizado, pero que finalmente se dio porque quien había sido Relatora de la Sala Civil pidió expresamente asumir la Relatoría de la Segunda Sala Laboral, a ella le doy las gracias. La Secretaría de la Sala Civil que tenía un atraso y embalse (lo podemos demostrar), a la fecha está al día y sin embalse alguno. Gracias a Dios no me equivoque con la primera decisión, pues el resultado ha sido positivo. Veamos en el siguiente cuadro comparativo 2015 – 2016 de la producción de la Sala Civil:


Año
Enero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Total
Meta
2015
93
80
128
118
134
136
242
931
1588 (*)
2016
160
109
227
224
160
187
281
1,348
1400
Dif.
67
29
99
106
26
51
39
417







Este cuadro nos indica que la Sala Civil está, en agosto de 2016, a 52 procesos para lograr la meta de producción de este año: 1400 y, a 240 procesos para igualar su producción del año pasado: 1588 (*), lo que significa que lo que produzca los meses de noviembre y diciembre dejará de tener ese nombre y pasará a ser productividad.

A la fecha, la Sala Civil tiene un Despacho (Relatoría y Secretaría) eficiente y eficaz que coadyuva el trabajo resolutivo de los jueces superiores que la integramos, aunque hayamos tenido que redoblar esfuerzos, razón por la que corresponde reconocer y agradecer el esfuerzo de las Juezas Superiores, Sras. Pinares Silva y Delgado Aybar, y sus correspondientes equipos de trabajo.       

A pesar de todo y a este mes de setiembre de 2016, siempre recuerdo la primera parte de la oración de la serenidad: “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia; viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez; aceptando las adversidades como un camino hacia la paz

Existen muchas cosas en la Sala Civil que no he podido ni podré cambiar, pues no está en mis posibilidades hacerlo, de modo que serenidad nomás, ello da paz; así tenga el valor, tampoco podré cambiar muchas cosas, las pocas cosas que pude cambiar las cambie y eso marca la diferencia en la producción de la Sala Civil, lo que es objetivo. De modo que alguien me aconsejó, cuando llevé un curso de Gobierno de Personas (2008) que, “si no puedes cambiar toda el área donde trabajas, crea un micro clima laboral y utiliza un paraguas para resguardarlo”, sé que eso implica un encapsulamiento pero así al menos puedo conservar lo poco que pude cambiar y guarecer a mis colaboradores que lo hicieron posible, no es lo ideal, pero, ¿qué lo es?.

Hoy, en setiembre de 2016 en la Sala Civil se están fijando fechas para la vista de causa durante el mes de octubre de 2016, es decir, entre el ingreso de un proceso en apelación al momento en el que se ve en vista de causa media 1 mes y 10 dás. El año pasado eso fue impensable. La eficiencia mejoró un tanto, es decir, la velocidad del trabajo, y aunque podría mejorar aún, no podremos hacerlo. Esto pese a que este año, respecto al anterior la Sala Civil ha recibido más procesos, a agosto de 2015 los procesos ingresados sumaban 1254, a agosto de 2016 suman 1529.

Este es un tercer año que presido un Tribunal (el año 2012 fue la Sala Mixta de La Convención, cuyo volumen de trabajo – como hoy – no justifica su ubicación – el segundo fue la Segunda Sala Laboral el año 2014 y este, la Sala Civil), nunca se me preguntó durante esos tres, y a principio de dichos años – como corresponde – ¿cómo iba el trabajo y que planes?, tampoco si necesitábamos algo para mejorarlo, aunque debo reconocer que este último año sí se me entregó una invitación, pan de por medio, para una fiesta, pero de allí, a algo de trabajo, planeamiento, organización, etc., nada de nada.  

A fin de año espero que no me juzguen por todo aquello que debí haber hecho, sino por aquello que pude hacer. Sé que por estas reflexiones y opiniones algunas personas se incomodan y molestan, e incluso llegan a ser injustas con las personas con las que trabajo, y sólo el diablo sabe cómo podrán reaccionar a futuro, pues de ellas sencillamente espero lo peor.

Escribo este testimonio de trabajo para dejar constancia de lo hecho a agosto de 2016, en enero de 2017, haré el balance del año. El año pasado logré, al presidir la Segunda Sala Laboral, la mejor producción de dicho año, este año lograré lo propio y gracias a todos quienes laboran en la Sala Civil, porque había sido cierto eso de que Gerente es quien logra resultados mediante la acción de otras personas a quienes les brinda las condiciones para ello, ¿simple, verdad?. Logros como este no se reconocen en la Corte Superior de Justicia de Cusco, como sí cuando se baila o juega (Cf. R.A. N° 1223-2015-P-CSJCU-PJ., del 15 de diciembre de 2015), en fin, soy Juez, lo mío es resolver casos.

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