Fernando Murillo Flores[1]
De
los audios que pusieron en evidencia actos de corrupción, existen dos que
demuestran que lograr la hegemonía en el gobierno de una Corte Superior de
Justicia, a toda costa y por cualquier medio (léase realpolitik), es un punto
en la agenda de reformas que deben hacerse en la normatividad del Poder
Judicial, para evitar esas “hegemonías” que se van formando en las cortes
superiores de justicia.
El
primer audio es aquel en el que se escucha una conversación entre Walter Ríos y
una abogada no identificada a quien el primero persuade para que postule y le
recomiende otros colegas que postulando a ser jueces superiores voten por quien
él les diga, para así no perder la hegemonía en la Corte Superior de Justicia
del Callao. En el segundo, el mismo Walter Ríos conversa con otro Juez Superior
de la misma Corte, Daniel Peirano, sobre la estrategia para volver a tener los
votos que le permitan a éste ser elegido Presidente de la Corte Superior de
Justicia del Callao.
El
primer audio pone en evidencia que Walter Ríos (WR) se daba el lujo, en
complicidad de consejeros del Consejo Nacional de la Magistratura, de pretender
propiciar el nombramiento de jueces superiores que, por tal razón, voten por
quien él les diga, lo que quiere decir que se anticipaba incluso al
nombramiento de jueces superiores. El segundo, demuestra cómo es que desde la
Presidencia de Corte se busca lograr que jueces superiores accedan a formar
parte de una mayoría para así tener la hegemonía en una Corte Superior de
Justicia.
El
común denominador de estos audios es que lograr la hegemonía en el gobierno de
una Corte Superior de Justicia, es el norte para algunos, sin importar los
medios empleados y, de ser posible, sin tener algo de ética en la función
pública, sino lo más detestable y antagónico a ello: la realpolitik.
Leamos
las trascripciones:
Audio
1:
- (Walter Ríos) Pero
Dra. No me vaya a fallar… Va usted a postular usted Dra. no?
- (NN) ya sí, sí voy a postular (…)
- (Walter Ríos) y otro amigo de
confianza, así como usted que podemos
- (NN) civil, penal?, civil, penal?
- (Walter Ríos) na.. necesito vocales..
ah absoluta ah, absoluta, yo le pueda decir vota por tal, vota por cual, ¿me
entiendes?
- (NN) claro, claro,
- (Walter Ríos) ya, porque necesitamos
mantener la hegemonía, ¿ya?
Audio2:
-Walter Ríos: Por eso.
Mira hermano, ahorita, yo ya… pero recuperar a Irma va a ser labor tuya
hermano. Yo le voy a dar todo. Todo, todo en su sala, todo lo que me pida. La
vamos a engreír.
-Daniel Peirano:
Escúchame…
-Walter Ríos: Vamos a recuperarla… Déjame
terminar. Si ella se mantiene en sus cuatro, porque yo creo que ya está un
poquito mal, no está razonando tan bien, no sé si te habrás dado cuenta. Está
un poco especial. Entonces tenemos 10 – 9. Imagínate que yo consiga 2, de los
3. Porque también conseguir los tres… ni Hinostroza lo ha conseguido. Entonces
seríamos 11 a 10. Y ellos conseguirían 1. 11 a 11. Y tú tienes que ir de
presidente, por antigüedad.
Lo risible en este
audio es que Walter Ríos refiere haber conversado incluso – en aras de lograr
el voto de Irma – con el cónyuge de ésta, leamos: “- yo he
hablado con su marido… un poquito más suave, después un poco más fuerte, el
marido tu sabes que es un saco largo. Al final la mujer lo ha choteado, le ha
dicho yo sé lo que voy a hacer. El pata no influye para nada.”
Lograda
esa hegemonía, sin duda lo que sigue es la elección de un Presidente de Corte
sin autoridad ni legitimidad, pues éste se hipoteca a la mayoría hegemónica de
la que forma parte, con el poder de tomar decisiones en función de los
intereses de una mayoría o los miembros de esta, con la reciprocidad hacia el
voto por esa hegemonía, así como de terceros allegados, sin respetar los
derechos de quienes no se sumaron a esa hegemonía non santa o a una hegemonía
sin liderazgo que no es lo mismo pero es igual.
Esa
hegemonía se da en función de determinados intereses de los miembros que la
conforman, que si acaso no llegan a actos de corrupción, como en la Corte
Superior del Callao, sí se preserva a sí misma en función de una sucesión de
grupo en las futuras elecciones para la Presidencia de la Corte o la Jefatura
de la ODECMA que, como tal, gobiernan la Corte de Justicia sin respetar el
derecho de quienes no forman parte del grupo hegemónico, teniendo control sobre
todo aquello que representa el manejo de personal y su contratación.
Como
esta crisis no es otra que una crisis de personas, que no comprenden ni están a
la altura de la responsabilidad que un cargo público demanda, lo que hace que
instrumentalicen el sistema, será necesario cambiar las reglas de juego para
que en la Corte Suprema y en la Cortes Superiores se elijan a sus presidentes y
jefaturas de la OCMA y ODECMA, sin dar lugar a retribuir el voto con
actuaciones administrativas deplorables, ni hacer de éstas el instrumento para
el logro de hegemonías, mediante negociaciones.
Creo
que llegó el momento de que la comunidad en general ponga su atención en la
forma y modo de cómo se logra una hegemonía en una Corte Superior de Justicia,
en función de intereses individuales, de grupo, de género u otros, para así
proponer las reformas legales que correspondan y así evitar la hegemonía de una
mayoría con sucesión interna de poder.
[1] Juez Superior Titular de la Corte
Superior de Justicia del Cusco. Profesor de la Escuela de Post Grado de la
Universidad Andina del Cusco.
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